¿Qué se esconde detrás del tiempo de calidad con los hijos?

Cada vez se oye más el mantra de que lo importante con los hijos no es tanto el tiempo que se está con ellos, sino que sea “tiempo de calidad”. Me parece perfecto, cuando se está con los niños hay que estar con ellos.

Pero tanto oír este mantra me hace preguntarme: “si realmente los hijos son lo primero, ¿por qué hay que centrarse en tan poquito tiempo de calidad, en lugar de pensar en conseguir gran cantidad de tiempo de calidad? ¿a dónde va a parar el resto de “tiempo en cantidad”?” y entonces es cuando uno descubre que el objetivo de todos estos mantras es derivar tiempo a otras actividades, teóricamente menos importantes.

Y sobre todas ellas, aparece como indiscutible campeón el trabajo. ¿Por qué hay que quitar tiempo en cantidad de los hijos y dedicarlo al trabajo? “Es que el trabajo es muy importante, casi tanto como los hijos”, se dirá. ¡Perfecto! pues si el trabajo es tan importante, no estaría de más aplicarle la misma dieta, y dedicarle “tiempo de calidad”. ¿Verdad? Seguro que de esta forma todo irá mejor en el trabajo, y así, nos sobraría tiempo en cantidad, y se podría dedicar a los hijos, por si acaso todos esos mantras sobre el tiempo de calidad no estén suficientemente probados, y resulte que el tiempo en cantidad siga siendo una parte muy importante del desarrollo de un niño.

“Es que mi jefe no lo entendería”. “Mi trabajo se resentiría”. Ajá. Pues es posible. La pregunta entonces es “¿lo entenderán tus hijos?” ,“¿les afectará a ellos?” Porque supongo que dentro de muchos años, tendrás otro jefe, incluso otro trabajo. Pero los hijos seguirán siendo los mismos. La cuestión es acertar al decidir a quién decepcionar, a quien afectar, a quién o qué dedicarse principalmente.

Y sí, puede que poniendo las verdaderas prioridades sobre la mesa, y dedicándoles el tiempo que realmente merecen, haya que tomar decisiones difíciles ¡Nadie dijo que ser padre o madre fuera fácil!
Pero compensa: sólo hay que mirar alrededor y observar a algunas personas mayores para saber que, si pudieran elegir, muchos profesionales exitosos habrían preferido tener éxito como padres.