Motivación vs Esfuerzo, ¿amigos o rivales?

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esfuerzo vs motivación en la educación de los niños"Hoy quiero escribir sobre la polémica cuestión del esfuerzo: ¿cuánto esfuerzo es mucho, o poco?, ¿cuánto podemos o debemos exigir? ¿será mejor no esforzarse y dejar fluir las cosas más normalmente?. Antes de seguir, ya adelanto que a pesar de ser un tema muy común, las conclusiones pillarán por sorpresa a más de uno...

La educación tradicional se basó de forma casi exclusiva en el esfuerzo personal, como medio único de progresar y avanzar. Este esfuerzo estaba ligado a una exigencia severa, y juntos consiguieron resultados muy notables. No obstante, esta fórmula dejaba a muchos en el camino, en general a todo aquel que no tuviera la capacidad de esforzarse lo suficiente.
Sin embargo, hoy día ese modelo se trata de sustituir por uno menos basado en el esfuerzo y más basado en la motivación. Y a la luz de los resultados, muchos lo consideran un fracaso. Sin embargo, creo que el relativo fracaso de este sistema no se debe a la parte motivacional en sí misma, sino a que no va acompañado de la misma exigencia. Y como comentaba en el artículo sobre la exigencia, ésta sí es requisito imprescindible de todo desarrollo.

La exigencia y la motivación no son incompatibles, porque de hecho, la motivación y el esfuerzo son las dos caras de una misma moneda. Ambas son los dos tipos de energía necesarios para realizar cualquier tarea, de forma que sus aportaciones se suman, y como si de una fórmula matemática se tratase, podríamos decir que

ENERGÍA EXIGIDA = MOTIVACIÓN + ESFUERZO

De esta forma, cuanta mayor es nuestra motivación para realizar algo, menos esfuerzo tenemos que poner de nuestra parte. Y cuando la motivación no es elevada, como podría ocurrir con una clase de matemáticas para muchos chicos, la solución no pasa, como se ha hecho en muchas ocasiones, por bajar el nivel de las tareas (la exigencia), para así necesitar menos energía y mantener el mismo nivel de esfuerzo necesario. La exigencia debe mantenerse siempre, buscando un desarrollo continuo. Lo que habrá que hacer es ver de dónde se pueden sacar la motivación o el esfuerzo....

Y al mirar esa sencilla fórmula, me viene una idea directamente a la cabeza: si la motivación y el esfuerzo puede sumarse, ¿no serán entonces más o menos la misma cosa, simples fuentes de "energía"?...

Y resulta que sí lo son; de hecho, lo único que cambia es la forma de generar esa "energía": mientras que con la motivación es como si la energía saliera de la nada, cuando esa motivación no es suficiente, tenemos que suplirla con el esfuerzo, y en ese caso la energía debe salir de nosotros mismos.
La forma que utilizamos para crear esa energía adicional que nos falta para conseguir algo, no es más que la automotivación. De ahí es donde surgen las diferencias entre las personas con más capacidad de esfuerzo: son aquellas con capacidad para aceptar y crear motivaciones. Así, las personas que solemos considerar con más capacidad de esfuerzo, son aquellas que hacen suyas motivaciones lejanas, habitualmente en el largo plazo, o propuestas por otros. Son los famosos "estudia para ser alguien en la vida", "trabaja duro para progresar", "hijo, hazme caso, porque en eso está tu porvenir", "te daré tal o cual premio", etc... Evidentemente, estas motivaciones, que son las más frecuentes y habituales en los oídos de los niños y los adultos, son muy débiles para una gran mayoría; ya sea porque tienen una visión más a corto plazo, o porque necesitan motivaciones más internas a ellos mismos. Al ser unas motivaciones tan externas, son débiles incluso para esos "esforzados" que son capaces de aceptarlas. Este tipo de motivaciones son las que dan lugar al esfuerzo.

Frente a estas motivaciones externas, existen las internas, generadas en uno mismo (o sabiamente despertadas desde fuera por algún brillante motivador). Cuando descubrimos una motivación interna para realizar cualquier tarea, su aportación de energía va a la parte "buena" de la fórmula, la de la motivación, disminuyendo el esfuerzo necesario. Ejemplos claros de este tipo de motivaciones son los hobbies y aficiones, por los que algunos pueden llegar a hacer grandes sacrificios; o el deseo de sobresalir en alguna faceta; o más fuertes aún, los deseos de un calado más trascendente, como mejorar el mundo, ayudar a otros, etc... Estas son muy genéricas, pero cada uno podría encontrar cientos de motivaciones internas para cada tarea; depende de los gustos y la forma de ser de cada uno en particular encontrar esas fuentes propias de motivación. Tirando de quien tengo más a mano para poner un ejemplo particular, que soy yo mismo, diré que a mí, me motiva enormemente la posibilidad de que tras leer este artículo alguien pueda aplicar algo útil a su vida; esa motivación hace que no sólo no me importe, sino que disfrute escribiendo aun sabiendo que un día más volveré a dormir menos de cinco horas... :-)

Así que todo esto nos lleva, para sorpresa de muchos, a un sitio al que pocos esperarían llegar hablando de esfuerzo: la imaginación y la creatividad. Cuanto mayor sea nuestra inventiva, más fácilmente podremos encontrar esas fuentes internas de automotivación, hasta tal punto que la cantidad de esfuerzo que tengamos que aportar sea mínima. Y para los que aún no lo crean, un ejemplo sencillo: seguro que todos conocemos a esa persona que dedica más horas que nadie a algún proyecto o tarea particular, y es precisamente quien lo hace con más alegría y entusiasmo... es posible que duerma menos, e incluso que renuncie a muchas otras cosas, ¡¡pero es seguro a quien menos le cuesta hacerlo!!

Llegados a este punto, toca ahora aplicar todo esto a la educación: la consecuencia directa es que seremos unos educadores más brillantes y eficaces, si dedicamos nuestras energías a crear nuevas formas de motivar a cada niño en particular, despertando sus motivaciones internas, que si las dedicamos a "perseguirles" para que aumenten su nivel de esfuerzo.

En resumen, uniendo las concusiones de este artículo y el anterior, creo que la fórmula para una educación y un desarrollo eficaces, está formada principalmente por exigencia e imaginación. Pero cuanta menos motivación sean capaces de aportar nuestra imaginación y creatividad, más esfuerzo habrá que poner para cumplir esa exigencia. No hay más que mirar alrededor para ver que las mejoras cosas de este mundo se hacen sobre la base de la motivación y la exigencia, mucho más que sobre la del esfuerzo. Y lo mismo debería pasar con las mejores cosas de nuestras vidas.

Comentarios

Muy importante el artículo,

Muy importante el artículo, siempre estamos buscando cómo decir algo que queremos decir y casi siempre alguien ya lo ha dicho, claro que esto no es tan positivo ya que el saber que se encuentra en internet inhibe la creatividad, pero gracias, nadie es profeta en su tierra. Lo compartiré con un excelente grupo de docentes.

Buscando información sobre

Buscando información sobre motivación y energía, me he encontrado con este artículo, y simplemente deseo reforzar a la persona que lo ha escrito, para que se sienta motivada a seguir escribiendo sobre éste o cualquier otro tema de debate. Es un resumen, enfocado principalmente a la educación infantil, pero también aplicable a otros ámbitos de la vida personal y profesional. Muchas gracias!