La hora del cuento y la afición a la lectura

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¿Qué ralación existe entre los cuentos y la lectura? ¿Por qué todo el mundo recomienda los cuentos para fomentar el hábito lector?

La verdad es que realmente esta forma de fomentar la lectura desde que son muy pequeñitos, mucho antes incluso de que reconozcan las letras, no tiene nada que ver con los cuentos. Realmente, con lo que tiene que ver, es con los libros.

La lectura se lleva a cabo en torno a un libro. Las ganas o la ilusión con la que un niño se adentra en el mundo de la lectura dependerá de qué opine el niño de los libros cuando le toque empezar a leer. Y dependerá muchísimo

Evidentemente, cualquier padre querrá entonces que su hijo ame los libros, aun sin saber leer. ¿Y cómo se consigue eso? ¿Cómo se puede hacer que un niño ame algo que ni siquiera entiende? ¿Cómo conseguir que un niño ame un objeto que no tiene luces, botones o pantallas luminosas, y que a simple vista, y comparado con el resto de juguetes y demás objetos a los que se ha acostumbrado desde pequeñito, no parece especialmente interesante? La mejor forma de conseguir esto, sin duda, es asociar ese objeto a algo -o mejor aún- a alguien, que él ya ame.

A nadie ama más un niño en el mundo que a sus padres. A partir de aquí ya tenemos un objetivo claro: tratar de que en la mente del niño los libros se asocien a sus papás. Podríamos tratar de conseguir esto de mil formas: llevando un libro siempre con nosotros o sustituyendo juguetes por libros. Pero hay una realmente superior: la hora del cuento.

Y he escrito a propósito la expresión. No he escrito “los cuentos”, o “contar cuentos”, o “leerles de vez en cuando”. He escrito “la hora del cuento” porque esos minutos que cada día dedicamos a nuestros hijos en exclusiva, justo antes de dormir, son para ellos “la joya de la corona”, “la creme de la creme”. En ese momento, los niños disfrutan de su padre o su madre al 100%, con una dedicación absoluta, con la única intención de entretenerles. Y luego se duermen felices. Y así cada día.

Claramente, no hay mejor juguete para un niño que sus padres.

Y no habrá mejor recuerdo en la mente de ese niño que esos ratos con sus padres. Por eso, si se viven esos momentos alrededor de un libro, desde que son muy pequeñitos, para ellos el libro será sinónimo de lo mejor que les puede ocurrir. Será la forma de acercarse al mundo de los mayores, y por ello acogerán encantados el momento de aprender a leer, superando las dificultades y el esfuerzo que les pueda suponer.

Por eso la afición por la lectura empieza con ese libro de dibujos y texturas para bebés que no tiene una sola letra. Por eso, por la “hora del cuento”.

Comentarios

creo en la posición que

creo en la posición que expone el autor respecto a la idea de la asociación entre padres /cuento, puesd verdaderamente lo he experimentado con mi propio hijo y es maravilloso observar su ilusión a la hora e ir a dormir, ed decir, del cuento, además es evidente pues realiza un esfuerzo enérgico i voluntario a la hora de leer cualquier cosa.
Alegría

Agradezco profundamente su

Agradezco profundamente su interés por tratar de hacer un mundo mejor para vivir, mediante la lectura con valores.
Soy maestra de primaria y vivio en Chihuahua, Chihuahua, México.
Hoy, a nuestra niñez le ha tocado vivir una época muy dificil. La violencia, la indiferencia, la ignorancia y la desintegración familiar, son parte del pan de cada día y es muy difícil ganarle campo a la información tan dañina que proporcionan algunos medios de comunicación.
Sus cuentos contos son de gran ayuda, tanto para los padres, como para los maestros, porque de una manera sencilla, guiamos el camino de nuestros hijos y alumnos hacia una mejor convivencia, autoestima y respeto (entre tantas otras cosas que favorecen).
Cada lunes, después de realizar los honores a la Bandera, llevo a cabo, frente al micrófono, la lectura de uno de sus cuentos a todos los niños y maestros allí presentes. Puedo decir con toda franqueza que han resultado ser de mucho éxito.
A mis hijos en casa, antes de dormir, les leo cuentos tanto de los suyos, como otros de diversas editoriales que considero interesantes y que he ido recopilando toda vez que tengo oportunidad. Mis hijos de 4 y 6 años ya leen y les facina que les lean.
Gracias por hacerme parte de su labor enviando a mi correo "Cuentos para dormir". Siempre son y serán esperados con gran interés.
Esperanza R.

Gracias por tus generosas

Gracias por tus generosas palabras y por compartir con nosotros el éxito con los cuentos, Esperanza. Nos hace felices ser parte de toda esa labor educativa.

¡Excelente!

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