El murcipájaro. Audio cuento narrado en español americano
Toca la imagen del cálamo de abajo para acceder gratis a nuestra mejor selección de cuentos con actividades. Descárgalos y disfruta de ellos siempre que quieras
Advertisement
¿Dónde empezar? Descarga la guía gráfica "Educar con cuentos", disfruta nuestros videocuentos y prueba Jakhu Cuentos, nuestra app de cuentos infantiles.
Pulsa sobre el centro de la imagen para iniciar el cuento (ya no necesita Flash)
Espera 5 segundos, y si no puedes verlo, pulsa  aquí
Cuento narrado por Christian Valverde. Puedes leer el texto completo más abajo
Compártelo
- Volver al cuento
- Más versiones del cuento
- Contenidos recomendados
Texto completo del cuento
Había una vez un murciélago para quien salir a cazar insectos era un esfuerzo terrible. Era tan comodón, que cuando un día por casualidad vio un pájaro en su jaula a través de una ventana, y vio que tenía agua y comida sin tener que hacer ningún esfuerzo, decidió que él también se convirtiría en la mascota de un niño.
Empezó a madrugar, levantándose cuando aún era de día para ir a algún parque y dejarse ver por algún niño que lo adoptase como mascota. Pero como los murciélagos son bastante feuchos, la verdad, poco caso le hacían. Entonces, decidió mejorar su aspecto. Se fabricó un pico, se pegó un montón de plumas alrededor del cuerpo, y se hizo con un pequeñisimo silbato, con el que consiguió que sus cantos de murcipájaro fueran un poco menos horribles. Y así, y con mucha suerte, se encontró con un niño bastante miope que casi nunca llevaba sus gafas, a quien no importó el ridículo aspecto de aquel pájaro negro y pequeñajo.
El murciélago fue feliz a su jaula, dentro de una casa cómoda y calentita, donde se sintió el rey de todos los murciélagos, y el más listo. Pero aquella sensación duró tanto como su hambre, pues cuando quiso comer algo, allí no había ni mosquitos ni insectos, sino abundante alpiste y otros cereales por los que el muerciélago sentía el mayor de los ascos. Tanto, que estaba decidido a morir de hambre antes que probar aquella comida de pájaros. Pero su nuevo dueño, al notar que comenzaba a adelgazar, decidió que no iba a dejar morir de hambre a su pajarito, y con una jeringuilla y una cuchara, consiguió que el aquel fuera el primer murciélago en darse un atracón de alpiste...
Algunos días después, el murcipájaro consiguió escapar de aquella jaula y volver a casa. Estaba tan avergonzado que no contó a nadie lo que le había ocurrido, pero no pudo evitar que todos comentaran lo mucho que se esforzaba ahora cuando salía de caza, y lo duro y resistente que se había vuelto, sin que desde entonces volvieran a preocuparle las molestias o incomodidades de la vida en libertad.
Autor.. Pedro Pablo Sacristán
¿Prefieres buscar los cuentos, o utilizar los valores o personajes que contienen? También puedes hacerlo utilizando estos enlaces
buscar en la colección